Luisi Llosa, (Perú, 1981).
Luisi Llosa es una artista peruana profesionalmente formada en el amplio espectro de las artes visuales en la escuela de arte Corriente Alterna y en Australia. Su desarrollo artístico ha optado de modo estable y profundizador, por la pintura, escultura e instalacion. Ha venido asumiendo el lenguaje de la plasticidad gestual del material, la factura y textura, el color y la forma tanto accidental como controlada, entre otras complejidades de la sintaxis visual de estos campos.
En un mundo lastimado y vulnerado por la enfermedad, la catástrofe, la guerra, las ausencias, la pérdida, el dolor, la perversión, en un mundo de disfuncionalidad y corrupción, de miedo y espectáculo, el arte nos confronta con el reflejo de esta realidad. Con sus obras pretende generar preguntas y cuestionamientos con sus «camufladas» pero duras, «low Key» pero inquietantes y sombrías metáforas.
Su trabajo se propone sobre las bases de las sensaciones más básicas de la vida cotidiana y del enfrentamiento diario de los seres humanos a las contradicciones y rupturas que provienen del simple “ser en el mundo”.
En líneas generales su trabajo interpreta el cuerpo como algo descartable, entendiéndolo como el lugar donde todas las heridas de nuestra sociedad causadas por la violencia, la desigualdad y la guerra vienen a tomar forma. El cuerpo se presenta como un lugar abstracto, frágil y propenso a ser violado, como un lugar que en su superficie lleva y muestra todas las heridas que parece que nos causamos.
Llosa se pregunta cómo la relación con los medios tradicionales y las redes sociales degenera en una desconexión, tanto en los individuos como en las relaciones entre los mismos. Planteando la falta de puntos de encuentro debido a las ideologías extremas presentadas en todos estos medios.
“Nunca hemos tenido tantas herramientas de comunicación, y sin embargo cada día nos comunicamos menos” dice Llosa.
Su obra es una reconfiguración mental que ella misma desarrolla sobre su persona, pero mirando al otro y no invisibilizándolo.
Compuesta por ladrillos, piezas cubiertas con cemento, objetos cotidianos detenidos en el tiempo e intervenidos, bloques atornillados y monolitos rasgados y perforados, pinturas delicadas “en su apariencia” mezcladas con la dureza del cemento, frases de empoderamiento etc. Todas las piezas en su conjunto comprenden las ruinas de su pasado y de nuestro pasado.
Observarlas como objetos aislados no tiene sentido. Sería pretender conocer todo de una persona a partir de una sola acción. Cada obra dialoga con la siguiente y la anterior y la de enfrente, estableciendo así un sistema (me atrevo a decir “cerrado”) dotado con un lenguaje –hostil-específico: la parálisis.
Cada uno de sus trabajos se conforma entonces como una serie de pasos detenidos, dañados e incluso abandonados
Entre ellas el espectador puede percibir pequeños llamados. Soy carne de cañón, grita la obra.
– Lienzos pintados en su totalidad pero cubiertos por el cemento, frases que nos ayuden a tomar consciencia,
intentando crear una defensa ante la violencia en la que vivimos. El dolor se materializa, se vuelve otro; la indiferencia hace uso del lenguaje; la violencia de lo anterior es la forma de lo aquí presente. De alguna manera le interesa prestar un código a quienes miran la obra, un sistema de símbolos donde quien quiera puede depositar e identificar sus dolores, lamentos y frustraciones y ser consciente de ellos.
Es la sensación de estar en una tierra extranjera, donde uno, por momentos cree comprenderlo todo, pero luego vuelve a comprender poco o nada. Sus obras son un depósito, una habitación de su psiquis que ha logrado arrancar de a pedazos de su interior. Esta introspección la obliga a mirar su propio pasado y de dónde viene. “El artista es el tronco del árbol que toma vitalidad del suelo, de las profundidades (el inconsciente)”, escribe Herbert Read apropiándose de las palabras de Paul Klee, y agrega: “para transmitirla a la copa del árbol, que es la belleza” (Herbert Read, Estilo y expresión).
En definitiva, la obra en su totalidad no es ella sino el espejo de lo que alguna vez fue y los retazos de lo que jamás dejará de ser. De lo que somos todos. Es, como dije al comienzo, la penosa reconfiguración de todo ello.
Estudió Artes Visuales en la Escuela Superior de Arte Corriente Alterna. Luego viajó a Sydney en donde fue invitada por un año a hacer una residencia y empezar a descifrar cuál era realmente su tema de interés.
Ha participado en talleres en Chile, Argentina, Madrid y Milán. Sus trabajos han sido presentados en diver- sas exposiciones colectivas e individuales en Lima, Washington, Madrid, Chile, Bogotá, Argentina y-Sydney, entre otras ciudades. Sus obras están en diversas colecciones privadas de coleccionistas peruanos como extranjeros. Ha participado en ferias de arte como: Odeón, Artbo, Art Cartagena, Art Marbella, Arco, Parc, Artlima, etc.
Actualmente vive y trabaja en Lima.
Es artista representada por la galería Beta en Bogotá, por la galería Rofa Proyects en Washington y por la galería La Galería en Lima.
Por su concurrente tema sobre la indiferencia ante la violencia y la desigualdad fue convocada por el Banco Scotiabank para realizar unas esculturas como premios a las empresas que se han sumado a una muy importante iniciativa que vienen trabajando desde el 2016 que trata sobre la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Acaba de ser convocada para presentar un proyecto grande para el mismo banco, para intervenir la sede principal del Scotiabank con unas esculturas interactivas muy grandes en la vía pública con una propuesta novedosa, reforzando su tema de interés.
Matías Helbig